Hábito de chica

“Hábito de chica” propone un viaje corporal a la Argentina de los años ‘40. Las bailarinas se sumergen en el mundo de lo femenino; sus ambigüedades y sus múltiples recovecos (límites explícitos, represiones gestuales, y la necesidad de abordar liberaciones aún en ciernes). Es una época histórica particular que el proyecto asume como campo de exploración estético, inspirado en las mujeres que nos acercaron artistas literarios como Manuel Puig (Boquitas Pintadas) y Silvina Ocampo (El vestido verde aceituna). La obra nace de la propia idea y elaboración de las intérpretes, en búsqueda de un lenguaje de movimiento particular en permanente ruptura de cánones establecidos, tanto desde la temática como en el abordaje mismo.

1 Histórico de funciones