La cocina

La obra muestra un día cualquiera en la cocina de un restaurante. Así, la acción comienza a las 7 de la mañana, con la cocina poniéndose en marcha lentamente, y los cocineros, las camareras y todas las personas que allí trabajan presentándose a medida que van entrando a trabajar. Para introducir el ritmo frenético del ambiente, se presenta también al nuevo cocinero y, con él, los accidentes que exponen el estrés y las condiciones de trabajo. Mientras el ajetreo se dispara, y los platos no paran de ir y venir, se revelan los avatares de la relación entre Pedro -uno de los cocineros- y Mónica -una camarera casada-,

los sueños y anhelos de los empleados del restaurante -algunos de ellos extranjeros-, y los conflictos con el dueño del lugar.

Alicia Zanca propone para su puesta un gran acento en la música y la coreografía, creada partir del propio movimiento agitado de la cocina, combinada con algunos elementos acrobáticos que dinamizan la acción.

Entre los movimientos teatrales contemporáneos, quizá haya sido el inglés el que ha despertado mayores resonancias en la Argentina durante las décadas del cincuenta y del sesenta. A partir del famoso drama Recordando con ira de John Osborne, el término de "jóvenes coléricos" se hizo popular. Detrás de Osborne, los nombres de Behan, Wesker, Delaney, Pinter, aparecieron y testimoniaron que se trataba de una generación compleja, poblada de autores, con la que se rompía la calma, ya tradicional, de la comedia. Uno de sus más destacados exponentes es Sir Arnold Wesker.

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