La Tierra más Ajena

Mis ojos se abrían en un espacio infinito.
Supe que nadie estaría allí a mi encuentro, ya nadie recorría este camino, salvo el crepúsculo. Seguí buscando. Quería quedarme, queriendo irme. Apareció al fin otro rostro, otros ojos. No estaba sola, en este lugar de ausencia. Camino del espejo.