A kilómetros de acá

1951 - Un hombre yace en el piso, rígido. Una mujer mira una película en un cine de pueblo, en ese mismo instante otra mujer dobla ropa de bebe mientras llora.
2007 - Una mujer escribe una historia sobre un hombre envenenado, piensa y escribe ¿quién pudo matarlo y por qué?
1972 - Una joven deja su casa para nunca volver.
1951 y 2007 - Un hombre llora después que su mujer lo abandona.
2007 y 1976 - Una niña llora después que su madre la abandona.
Una mujer joven deja todo para alejarse a kilómetros de donde está. 1951- 1972

Síntesis argumental

A raíz de un acontecimiento de su vida, Victoria siente que tiene que cerrar algunos temas de su pasado. Ella es una intelectual de Córdoba casada con Emilio que también pertenece a éste círculo. Ambos tienen una hija y comparten una vida aburguesada y cómoda pero enmarcada en la intelectualidad y el academicismo del campo literario de la ciudad donde residen.
Victoria siente que lo que tiene no le sirve, se percata de que el mundo que ha construido para protegerse y para negar su historia es falso. Ella se siente postergada, la maternidad y la vida conyugal la han alejado de su universo creativo.
María, madre de Victoria, eligió en los setenta el camino inverso. Se alejó del país y desarrolló su carrera y su vida en México. Optó por su vocación y dejó a su hija bajo la crianza del padre. Si bien Victoria ha elaborado esta situación a lo largo de su vida, en el presente ella atraviesa, entre otras, una dualidad: reprochar la ausencia de su madre y a la vez seguir su ejemplo.
Victoria escribe una novela, el leiv motiv creativo es Blanca, cuñada de su abuela Rosa, esposa de Guido, su tío abuelo. En la memoria de la protagonista hay una historia familiar, plagada de secretos y mentiras, de cosas supuestas y no dichas. En esta investigación, Victoria busca entender el comportamiento de los personajes y baraja varias hipótesis en relación a la muerte de su tío abuelo Guido.
En este proceso creativo Blanca es concebida como la protagonista de su novela, a su abuela Rosa la ubica como el personaje antagónico, el opositor. Su tío abuelo Guido es quien oprime a Blanca que se siente ahoga en el mundo en el cual fue incluida. Blanca quiere liberarse, quiere escapar para esto deberá liberarse primero de su esposo Guido. Victoria comprende esto desde su función de escritora así como desde su realidad, para liberarse debe primero zafarse de Emilio, de su mundo familiar y de su hija.
También, en la investigación sobre Rosa, la autora comprende desde otra perspectiva la realidad y la historia de su abuela, al humanizarla y despojarla de los supuestos también puede comprender su opresión. Hay una elaboración compositiva de su tío Juan, hermano de María e hijo de Rosa y de su tío abuelo Guido, ambos personajes conforman la opresión de Rosa, a los cuales tendrá que eliminar para liberarse.
Emilio representa para la protagonista el respeto, el pilar familiar, el hombre, el ejemplo intelectual. Victoria siente en el presente que ha estado bajo el ala protectora de su esposo y que esto no representa lo que quiere ahora.
Si hay algo que caracteriza a todos los personajes, es la dualidad, entre lo que sienten y lo que deberían hacer:
Victoria quiere ser fiel a sí misma pero para esto deberá dejar a su familia. Ella quiere y respeta a Emilio pero no le sirve ahora. Ella ama a Luz, su hija, pero va a abandonarla, no siente que esto sea malo pero si cree que afectara el futuro de la niña.
Emilio ama a su familia, está orgulloso del mundo que ha construido. Estará conforme siempre y cuando Victoria lo secunde en todo. Cuando su esposa empieza a cobrar protagonismo, el mundo construido se derrumba. Emilio ama a su esposa pero en el lugar y del modo que a él le sirve, comprende lo que está viviendo Victoria pero no puede aceptar que ella decida alejarse de lo que tienen.
Blanca tiene motivos para abandonar a Guido pero a la vez siente culpa al hacerlo porque sabe que su marido la quiere, sabe que es un buen hombre, que nunca la oprimió ni le prohibió nada, que le ha dado todo menos lo que ella necesita.
Rosa acepta lo que le toca y se queda en su lugar, ella manifiesta lo que los otros deberían hacer, por obligación, por moralidad, etc. Por esto, vive el abandono de los otros como algo trágico.
Con el paso del tiempo considera injusto el desenlace de su vida, siente que no se merece lo que le ha tocado y también se liberará.
María eligió lo que quería y siguió su camino. Ella no se cuestiona como algo trágico la decisión tomada pero sí sabe que esto ha afectado la historia de su hija. La dualidad en este caso está en la culpa asumida, como algo natural en sus decisiones y un egoísmo lógico, casi obligatorio que marcó siempre su vida.

4 Histórico de funciones