La última cinta de Krapp

Esa noche el viejo Crap se escucha a sí mismo (pero unos cuantos años antes)

La cinta gira lenta, implacable, y nos envuelve con un universo poético plagado de citas, recuerdos y misterios...

Desde el "viejo" aparato se dejan oir frases como:

Espiritualmente, un año de lo más negro y pobre hasta aquella memorable noche de noviembre,

en el extremo del muelle, bajo el ventarrón... Al fin, la revelación.

Para el fuego que la mantiene encendida. Lo que entonces vi, de repente...

Veía claro, en fin, que la oscuridad que yo siempre había luchado encarnizadamente por ocultar es, en realidad, mi mayor.

El viejo Crap suelta una puteada, desconecta el aparato con impaciencia, hace avanzar la cinta y conecta de nuevo. Al avanzar rápidamente la cinta, antes de quecada espectador(lector, auditor)escuche la frasecompleta. Nos obliga a pasar por alto un fragmento.

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Propuesta estética del actor:

"Lo que digo no significa que de aquí en adelante no habrá forma en el arte.
Sólo significa que habrá una nueva forma y que esta forma será de una clase
que admita el caos y no diga que el caos es realmente otra cosa. Encontrar una forma que se adapte al caos es ahora la tarea del artista"
Samuel Beckett

Nos adherimos a la causa de un Teatro - Poesía auténtico (de él no se puede dudar) como la expresión que nos da la posibilidad de recrear, velar, resistir, metaforizar, disolver el sentido unívoco - lineal. A lo siniestro - horroroso el teatro lo incluye, no lo muestra descaradamente, lo representa como juego, transformándolo en belleza, que siempre será "convulsiva o no será" como gritó el gran Baudelaire.

Esto produce en si mismo y por si mismo un efecto de verdad singular:
frágil, experimental, efímera, en eso que es el Teatro "una noche en la luz".

El objetivo de hacer La última Cinta de Krap´p es poder transmitir lo sublime de una Pieza que impugna la homogeneidad, ella está transida por una escritura que no es tersa - suave, el texto poético de cabo a rabo no es compacto, esta hecho de arrugas, irregularidades, intentando el vaciamiento, ahuecamiento de las palabras, lo cual permite abrir "la otra escena" donde las mismas resuenan, caen, bailan, se emborrachan y se esconden, en los
enigmas y mitos fundantes del sujeto. Se trata de una escritura de la degradación, de la perdida, pero NO degradada, fundamental en nuestra contemporaneidad y que nos enseña a producir, crear, inventar a partir de la carencia, que nos abre el sendero del deseo.

Deseamos mostrar que el Arte de Beckett no funciona como Estética del espejo cargado de sentido, sino que amplia por medio de una "myse en abîme" este vaciadero del ser hasta convertirlo en el centro mismo de lo que son. En La última Cinta, Beckett ha tensado en Krap'p (el personaje) la ESTETICA de la "hilaridad del fracaso" como transformación sutil, de lo más intimo, lo más propio - irreconocible, no obstante Krap'p desde la memoria reconstruye lo monstruoso, lo ajeno - extraño (su voz), hasta obtener la infinita figura de lo sublime - del amor, abre así, un borde errático que "vuelve y vuelve" en la obra del Irlandés.

Nos produce Beckett un profundo impacto subjetivo, imborrable y nos invita como dice A. Badiou "a pensar ya sea en su arte, en su teatro, en su poesía, etc NO el hundimiento tenebroso y corporal en una existencia desvalida en un absoluto desesperado, NO tampoco en lo contrario: farsa, irrisión, ni existencialismo, ni barroco moderno".

La lección de Beckett es una lección de mesura, exactitud y valentia.

Esto es lo que deseamos obtener en esta Puestaque estamos preparando con tanto amor para la Ciudad.

ALBERTO TUDURI- ROSARIO - 1/10/08

LA PROPUESTA DEL DIRECTOR DE ESCENA

"No existe la verdad, repetía él, existe una práctica de la verdad. Igual
que existe una práctica de la escritura que es verdad del escritor" (Edmond
Jabés)

¿habrá una práctica (ensayo- prueba) del teatro, que sea la verdad del actor?

Desde Rosario y confrontados seriamente con, La última cinta del Krapp, que se nos presentó de entrada, como un texto profundo, sensible y enigmático, nos vimos obligados a la sensata experiencia de que más que ponernos a ensayar, a armar una obra de teatro, debiamos colocarnos pacientemente, ante una pieza y una dramaturgia que nos superaba en todos los aspectos.

Allí nos dimos la dura tarea de conformar un verdadero equipo de trabajo, basado en lo interdiscursivo y donde cada uno de los integrantes fue aportando su trabajo y su práctica concreta, a fin de poder realizar un verdadero acto de deconstrucción poética, de desciframiento y fundamentalmente de una APROPIACIÓN COLECTIVA DE UNA PIEZA TEATRAL MAGNIFICAMENTE ESCRITA y diseñada por su no menos magnífico autor.
Apropiación, seguida en un segundo paso, por la elaboración poética (segundo gran acontecimiento en el trabajo escénico). Un elaborar, producir, inventar y fabricas (poiesis) que estuvo soportado por la condición crucial para que cada aporte, sugerencia, retrabajo y criterio, fuese llevado al cuerpo y al alma del actor, único protagonista y único vector de la memorable experiencia, al que se verá enfrentado cada noche, en cada acto, en cada
presentación.

Así es que de la mano de la literatura (Humberto Lobbosco), del trabajo sobre la voz y lo sónoro (Graciela Mozzoni), de la preparación física y rítmica (Raúl Bruschini) y de la presencia de un técnico capacitado y expectante en cada ensayo, y que subirá a escena compartiendo, acompañando y cuidando el acto del protagónista (Tomás Ferrer); más el aporte plástico, visual y artístico (Silvana Cabeza y Marcela Bueno). Fuimos elaborando y macerando, esto que pretendemos se confirme como un genuino acontecimiento teatral. Apelando a todos los conocimientos (los sensibles, los intelectuales y los del cuerpo) que dan forma, a la poética teatral; con la premisa de ser encarnados por el actor protagónista (Alberto Tudurí) que es quién, en acto y en Deseo, se atreve a dar un paso adelante y, de alguna manera, "probar" cuán vivo está el teatro y cuán vivo está él para resignificarlo (y resignificarse). Si el viejo Krap, pende esa noche de celebración, del hilo de una cinta grabada 30 años antes, y logra hacer un complejo, refinado y laberíntico repaso de su historia. Nuestro actor, que vuelve a las tablas después de treinta años, también se verá forzado y dramaticamente> a repasar su biografía personal y también poner en forma
todos sus recursos: La apuesta, una y otra vez, será la de llevar a los inquietados y desacomodados espectadores, a repasar y reflexionar sobre estos aspectos del tiempo "post-moderno", de la precaria identidad, de la frágil memoria y de la descartada subjetividad. (llegando así, al tercer acontecimiento teatral, que es el de la expectación)

Queda por decir algo de la función del director, en tanto dar cuenta del modo en que tantos cruces y señales, pudieron ser direccionados. Aquí baste decir que me encuentro absolutamente embarcado en inscribir mis "a-puestas" en el lugar del "teatro del acontecimiento", en un "dejarse guiar por lo Dionisíaco", que implica un no apostar "a lo seguro" y a lo que vende, sino a la transformacion de lo humano en materia sensible, en ese duro deseo por dejar huellas, por pensarnos y situarnos, cuestionar y cuestionarnos.

Interpretación y texto. Carne y literatura. Acción y emoción. En fin ÉTICA
DEL TEATRO.

Sabatino Cacho Palma- Rosario 28/9/08

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