Adquirir, comprar, tener, propiedad, etc. son las palabras difíciles de eludir en nuestra situación pero no son las que, en lo literal, nos hacen sentido. El sentido sigue puesto en la defensa de lo que creemos como un derecho ganado a seguir ?estando allí?. Porque ?estar ahí? viene haciendo sentido para muchos y hace mucho tiempo.

Habrá que inventar una manera, una vía para no declinar en nuestras expectativas. Como espacio cultural esta lucha se inscribe en la multiplicidad de luchas que cada uno lleva a cabo desde su frente. Nosotros tenemos una ventaja: podemos luchar porque no estamos tomados por la desesperación. Otros están desesperados y hasta se les hace difícil organizarse porque la urgencia a la que están sometidos, muchas veces, los aliena. Por ello, no nos llama la atención que nuestros espacios estén desoídos históricamente por el Estado, no por una gestión en particular. Si se tiene la capacidad de desoír el grito de los sectores postergados, ¿cómo se podrían oír las voces de una actividad reducida por algunos a lo pintoresco y divertido, cuando no a lo ?culto?? Lo culto como estrategia para atrapar su potencia en lo solemne.Lo solemne como muerte de lo vital de las prácticas sensibles.

No queremos ser dueños de nada, no juntamos esfuerzos y dinero para conquistar un terreno. Lo hacemos para expandir un territorio, una forma de pensar, de hacer, de sentir que no es dueña ni siquiera de una verdad.Queremos que las verdades se multipliquen.

No deseamos tampoco ser dueños de la identidad que nos otorgan desde afuera, esa identidad que nos nombra como atracción exótica de los márgenes y/o nos convierte en un conglomerado uniforme: el de ?esas salitas de teatro independiente?. Cada sala tiene su perfil, su diferencia. Es este ?todo juntos? el que nos interesa, el de un universo heterogéneo.

Nosotros intentamos ser morada de construcciones mutantes que se traman en el puro encuentro. Las formas jurídicas traducen mal nuestras intenciones y nos obligan a usar palabras ajenas a nuestras voluntades.

Este no es un movimiento con el que capitalizarse, en esa lógica podrían tildarnos de psicóticos o tarados porque semejante inversión para instalar allí una asociación sin fines de lucro no pareciera responder a un negocio.

No nos atraviesa ningún pudor al pedir y nos gratifica recibir porque la meta no desvía ningún fondo hacia el beneficio de un particular. Pedir y recibir como gestores culturales nos compromete a ir por más? La palabra empresario no es una mala palabra para nosotros pero tiene que quedar claro que no lo somos? Hacemos gestión cultural.

Algunos amigos nos sugieren desde la ingenuidad prometer entradas, beneficios en las actividades de la sala a cambio de lo que podamos recibir? A cambio de lo que podamos recibir nos comprometemos a visibilizar un valor en extinción: el ?dar por dar?. Ausencia del retorno? Deconstrucción de lo especulativo. Especulación casi boba pero endémica. Se trata de un corrimiento del valor de cambio. Corrimiento que viene marcando parte de nuestro perfil como sala y que ojalá, libre de sujeciones económicas, pueda tomar nuevas dimensiones. Muchas salas como la nuestra financian hoy los ensayos de los elencos que aún no cobraron sus subsidios para costear un espacio donde crear las obras, sostenemos espectáculos por su calidad venga o no venga gente, ponemos dinero de nuestro bolsillo permanentemente porque los subsidios de mantenimiento de sala se cobran siempre tarde, etc. Así, tal como lo describimos, funciona una sala en muchos aspectos más.

No sabemos qué pasa en otros casos? pero en el nuestro, no estamos hundidos en este panorama para hacerle lugar a un regodeo en la queja. Con todo lo dicho esta actividad no deja de afirmarnos en una situación de inmensa alegría, alegría que va durando 13 años, y convertimos esa alegría en motivación para esta acción que hoy nos convoca y que por suerte no nos encuentra solos. A todos los que ?estamos siendo?, gracias.

SOBRE LA SITUACIÓN DE APACHETA SALA/ESTUDIO

En diciembre del año pasado se hizo pública la noticia: Apacheta Sala/Estudio, la sala dirigida por Guillermo Cacace (Mi hijo solo camina un poco más lento, La crueldad de los animales, A mamá) debe dejar el espacio que ocupa y en el que desarrolló todo su proyecto artístico y pedagógico por más de 13 años porque el dueño del lugar quiere venderlo.

En el espacio de la calle Pasco o en otro espacio, el proyecto continuará. Con este propósito se abrió una Caja de ahorro exclusiva para Apacheta:

Caja de Ahorro.
Nombre: Guillermo Cacace
Caja de Ahorro Banco Nación
Nº cta. 0040962281
CBU: 0110004430000409622815
DNI: 20.586.088
CUIT: 20205860887
SUCURSAL: 0022

Esta Caja de Ahorro se abrió bajo Declaración Jurada de que todo aporte que ingrese a la misma solo puede ser usado con los siguientes fines:

  • Colaborar con la adquisición del predio en que funciona Apacheta Sala/Estudio Pasco 623/625.
  • Colaborar con el equipamiento y obras de infraestructura en caso de compra del predio o mudanza a un espacio similar.

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