El comienzo de esta nota es algo heterodoxo. Llego al Galpón de Catalinas a la hora convenida, pero en lugar de encontrarme únicamente con los tres entrevistados, me topo con treinta personas que organizan un desmesurado desfile que atravesará 14 cuadras de La Boca. La entrevista, entonces, empezara después, pero la nota, sin quererlo, comienza antes, mientras respiro el espíritu entusiasta de los integrantes del Grupo de Títeres de Catalinas Sur.
Cuando se desarma la ronda, se acercan, finalmente, Ximena Bianchi, Gonzalo Guevara y Verónica Sabán, el trío organizador y gestor de este enorme encuentro que es el 3er Festival Internacional de Títeres Al Sur, que estaba planeado para las vacaciones de invierno, pero que, debido al receso que este año hubo en esa fecha, con motivo de la Gripe A, se postergó hasta la primavera, de modo tal que arrancará este sábado, 19 de septiembre, y durará hasta el 4 de octubre. 

-¿Cómo nació la idea de hacer un festival? No esta vez, sino la primera.

Ximena Bianchi: -Yo tenía ganas desde hacía mucho tiempo. Una vez fui a un festival y vi un desfile por la calle. Sentí en aquel desfile, que el pueblo, las personas que allí vivían, formaban parte del festival. Me encantó. Desde entonces, siempre imaginé que acá tenía que suceder una cosa así.
Por otro lado, nosotros -se refiere al grupo de títeres del Grupo Catalinas Sur- somos el área de títeres de un grupo de teatro comunitario, con las características que esto implica. Somos entre 20 y 25 titiriteros, es decir, un número enorme para lo que es el mundo de los títeres. A un festival cualquiera suele ir esa cantidad de titiriteros en total. Como somos tantos y tenemos que llevar nuestras cosas en camión, es imposible que nos inviten a un festival. En fin. Como la montaña no va a Mahoma, Mahoma decidió ir a la montaña. Así que este festival nació, un poco, como consecuencia de esas dos cosas, así como también del deseo de poner los títeres en un lugar de fiesta.

Gonzalo Guevara: - Cuando preparábamos el 1er festival, pensábamos hacer algo chiquito,  con dos o tres elencos. Dijimos "nos juntamos, hacemos la obras y algún tallercito". Empezamos con esa idea y terminamos haciendo un festival que tuvo 14 funciones, con esta ética del desborde que siempre nos acompaña. ¿Cómo terminamos haciendo algo tan grande? No sé.

X.B.: -Las cosas siempre se nos agradan, aunque queramos achicarlas. Nos gana la desmesura. Creo que también el Festival se nos hizo gigante por la respuesta que tuvo. Las organizaciones sociales y culturales se iban enganchando. En un comienzo nos preguntábamos si íbamos a tener sedes y al final nos ofrecieron cualquier cantidad. No podíamos tener tantas, así que tuvimos que acotar el asunto a lo que podíamos manejar. La respuesta que hubo en nuestro territorio fue realmente muy importante.

Verónica Sabán: -Ninguno de nosotros había participado en la organización de un evento tan grande nunca. Y la verdad es que todo lo fuimos aprendiendo sobre la marcha. Nosotros y el resto del grupo.
Me gustaría agregar, respecto del origen de este festival, que éste también nació como una opción en vacaciones de invierno, una alternativa a la oferta de tipo comercial, que entre otras cosas con las que no estamos de acuerdo, cobra precios muy altos. Queríamos ofrecerle a la gente la contracara de eso, la "contravacación".

X.B.: -Es mentira eso que se dice respecto de que los niños salen en las vacaciones. En nuestros barrios la mayoría no sale. Y a lo mejor alguno junta y junta plata, y un día se va al centro, paga una entrada para ver un espectáculo que le dice "vos nunca serás", porque el prototipo que en general allí se muestra te deja completamente afuera. Por eso nos parece importante ofrecer espectáculos de calidad fuera de este circuito comercial. Un espectáculo para niños es una responsabilidad enorme. A un niño puede afectarlo mucho más que a un adulto lo que se le da o lo que no se le da: el derecho a imaginar, la estimulación, por ejemplo, cosas que en general se le niega.

G.G.: -Inclusive el festival fue muy movilizador para nuestros propios niños, los del grupo Catalinas. Luego de que se presentaron Hugo e Inés haciendo títeres con partes del cuerpo, veías a todos los nenes de Catalinas inventándose ojos con pestañas en la mano. Fue muy movilizador para ellos y para nosotros el intercambio que se armó.

-¿Con cuánto tiempo de anticipación preparan un festival de esta magnitud?

X.B.:-En general, empezamos a trabajar más de un año antes. El pedido de subsidio a Iberescena, por ejemplo, un subsidio que ganamos, lo empezamos a preparar casi un año atrás. Si hubiera un mecanismo aceitado y uno supiera que cuenta con los fondos tal vez las cosas sería distintas, pero esto es todo el tiempo...

G.G.: -...el arte de hacerlo sin guita.

V.S.:- Siempre estamos empezando de cero. Nunca tenemos nada en el momento de arrancar. Eso implica comenzar con mucha anticipación.

-¿Con qué criterio se arma la programación

X.B.: -Miramos casi todo el material (no todos vemos todo, sino que nos repartimos entre los tres). Cuando alguno ve un material que le parece interesante, se lo pasa a los otros.

G.G.: - Hay varios criterios: dramatúrgicos, estéticos, técnicos, éticos, etc.

X.B.: - Esto no intenta ser un jurado de nada. Simplemente los criterios tienen que ver con las necesidades del festival. No es que hagamos un juicio de valor sobre el trabajo de otro, sino que queremos que los espectáculos tengan un lenguaje que sea accesible. Hay espectáculos que son muy buenos, pero muy herméticos, a los cuales sólo les podríamos dar una función en el ciclo de adultos, pero no sería posible hacerlos rotar por las sedes que tenemos. O sea, los que elegimos tienen que tener un lenguaje popular, descifrable por cualquier persona. Por otro lado, nos fijamos en que haya diferencia de técnicas: títere de guante, marioneta, sombra, medio cuerpo, teatro negro, varilla, objetos, es decir, en que haya variedad, para que cualquier espectador tenga un paneo amplio. También buscamos variedad de países y de escuelas.

-¿Son criterios que también fueron establecieron con al marcha, o ideas que tenían previamente?

V.S.: -Muchas cosas tienen que ver con aquello que quisiéramos ver si fuéramos a un festival.

X.B.: -Y además sabemos que Catalinas es la primera vez de mucha gente. Esto es, muchas personas van al teatro por primera vez porque se trata de Catalinas, ya que no se sentirían convocadas en una sala en el centro, pero sí en su barrio, con actores que son vecinos. Con el Festival pasó algo así, también. Contábamos con que vinieran ciertos espectadores que sí conocieran el lenguaje, pero también con otros que se iban a encontrar con algo que no habían visto nunca en la vida. Por eso nos parecía importante la variedad.

G.G.: -Es obvio que si curamos un festival desde Catalinas, la elección va a estar teñida de lo que nosotros creemos que es el teatro, de nuestra ideología. Hay otros festivales que son buenísimos, pero que tiene otra línea conceptual.

-¿Qué tiene de diferente un festival cualquiera de un festival organizado por un grupo de teatro comunitario? Me refiero ya no sólo a la elección de los espectáculos, sino a toda la organización.

X.B.: -Tiene de diferente que nosotros laburamos con nuestro voluntariado. La gente pone sus ganas, su garra, su tiempo. Es algo que nos señalan mucho los titiriteros que vienen. Algo así como que, además de percibir que hay una buena organización, sienten que los invitamos a comer a nuestra casa. Eso es importante. Esa organización tiene la contrapartida de que como aquí los integrantes del grupo trabajan de otra cosa, debe haber un grupo que sostenga la parte profesional del Festival.

-Ustedes tres son los organizadores,. Por otra parte está el grupo de títeres, que sostiene toda esta organización. Y el grupo Catalinas con todos sus integrantes, ¿cómo participa?

X.B.: -Una de las cosas que nos parecen importantes es que el entorno (nuestros compañeros de Catalinas que no son titiriteros) además de hacer algunas tareas puntuales, participe desde el hacer artístico. En el teatro comunitario la gente se siente parte cuando actúa.

G.G.: -Por eso La Catalina del Riachuelo, que es la murga del grupo Catalinas, estrena en la apertura su espectáculo  Del califato a la pingüinera, y luego tendrá una función dentro del Festival. Por eso, también, participarán la orquesta de Catalinas y el grupo de candombe. Como anfitriones, los del grupo de títeres queríamos que el elenco grande participara. Además de eso, los compañeros tomarán parte en la logística, la boletería, llevando a comer a la gente, sirviendo la mesa, limpiando la sala.

-¿Donde van a comer?

V.S: -Todos los elencos más el equipo técnico comerán en el Galpón de Catalinas, al mediodía. De acá se saldrá a las diferentes sedes. A la noche comerán en un restaurant.

-¿Qué diferencia hay entre este festival y los anteriores?

X.B.: -Fundamentalmente el hecho de que lo hacemos solos. Antes lo hacíamos con el grupo Libertablas.

V.S.: -Y que no lo hacemos en vacaciones de invierno, por lo de la Gripe A. Para nosotros implicó un cambio grande, en cuanto a la programación, a las sedes y al hecho de haber agregado el circuito al aire libre, cosa que invierno no podíamos hacer.

-Tengo la sensación de que hay más elencos extranjeros esta vez. ¿Es así

G.G.: -Es correcto lo que decís. Fue muy loco, en el año de la crisis mundial, el apoyo que tuvimos de las embajadas. Muchos elencos extranjeros vienen gracias a eso.

X.B.: -Bueno. No fue tan loco. Tiene que ver con que nos pasamos meses y meses insistiéndoles. Fue mucho el trabajo.

G.G.: -Sí. Fuimos con tiempo a las embajadas, ya teníamos dos festivales hechos y lo enmarcamos dentro del aniversario de los 25 años del Grupo Catalinas. Todo eso hizo que tuviéramos mucho apoyo. La continuidad del Festival es una realidad. Ya está instalado en el circuito de festivales. Los titiriteros quieren venir y presionaron en sus países.

V.S.: - Cuando tuvimos que cambiar la fecha, yo pensé que muchos de los elencos extranjeros no iban a poder venir, porque no podrían cambiar su agenda. Creí que cancelaríamos pasajes, vuelos, etc. Lo cierto es que, salvo un elenco español, todos los demás pudieron venir y arreglaron sus cosas como para poder estar.

-¿Qué otros apoyos tuvieron además de las embajadas?

X.B.: -El de El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, que pone una parte importante de dinero. También el de Iberescena, premio que ganamos.

G.G.: -Ésos son los sponsors principales, pero luego tuvimos como diez más.

V.S.: -Pasajes del exterior y de los titiriteros del interior, handies, la imprenta de los catálogos, Fundación Andreani, para ayudarnos con la logística.

X.B.: -Todo esto se consiguió por las características del teatro comunitario, que tiene entre sus integrantes gente tan distinta, que le da un poder de gestión diferente. Tenés desde un contador, a otro que pinta paredes. Esto le da un abanico de contactos grande.
Otra cosa que es importante de esta edición es el ciclo de adultos. Éste fue tomando cada vez más fuerza.

G.G.: -El primer año lo hicimos por hacer. Decíamos  "en La Boca, títeres para adultos, ¿quién va a venir?". Y al final se llenaban.

X.B.: - Gonzalo tuvo la idea de hacer un varieté. Yo le decía que nos íbamos a volver locos. Él hinchaba con que quería hacerlo y con que fuera viernes en trasnoche. Tanto insistió, que al final lo hicimos y terminó siendo un sello del Festival. Los titiriteros se divierten y viene un montón de gente. Es una fiesta a la que venís, te comés un choripán, te tomás un vino, te divertís.

- ¿Cómo va a ser el desfile?

X.B.: - A todo trapo. Tiraremos la casa por la ventana.

G.G.: -Empezará a la una y media de la tarde en la plaza de los Bomberos, en Caminito y Lamadrid  (donde termina Caminito). Ahí será el estreno de La Catalina del Riachuelo, que contiene fragmentos de los distintos espectáculos que la murga hizo a lo largo de los años. Cuando eso termine comenzará propiamente el desfile con 20 músicos de la orquesta, los títeres, los actores de la murga y el público. Haremos unas cuadritas y luego una parada en la que habrá números de títeres, algo así como intervenciones en unas ventanas. Luego vendrá el candombe de Catalinas y más adelante aparecerá el candombe vecinal, integrado por candomberos del barrio. Después, al llegar a las cinco esquinas, en Almirante Brown y Pérez Galdós, habrá un número aéreo, tocará la Babel Orquesta y habrá títeres del grupo Kossa Nostra, de Posadas. Al llegar a la puerta del Galpón veremos la orquesta de Catalinas con sus 60 integrantes. A las 17 comenzará el ciclo de salas con La Loca Compañía, de Colombia y a la noche se larga el ciclo de adultos, con Hugo e Inés.

G.G.: -Para terminar, me gustaría destacar que, además de que una de las sedes es el Circuito Cultural Barracas, muchas de las actividades del ciclo al aire libre las vamos a hacer con otros grupos de teatro comunitario. Habrá sedes simultáneas, tanto el 27 como el 4, en Parque Patricios, con Los Pompapetriyasos y en la Plaza del Mástil, Mataderos, con Res o no Res. Cuando pensamos en hacer funciones en plazas, inmediatamente nos dimos cuenta de que lo lógico era ir a lugares donde había grupos que ya estaban trabajando. Sobre todo teniendo en cuenta la experiencia del 7mo Encuentro de Teatro comunitario, que se hizo en 2008, que fue tan buena. Y la verdad es que no nos dio el cuero para más, si no hubiéramos sumado más grupos de la Red de Teatro Comunitario. Ya lo vamos a hacer.

V.S.: - El Festival tiene funciones todos los días. De jueves a domingo hay de día y de noche. De lunes a miércoles hay de día. Desde el mediodía se puede llamar al Galpón de Catalinas, ya que va a haber gente para informar y hacer reservas para las funciones pagas. Para más información se puede entrar en la página web del grupo, que tiene toda la información.

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