Del 8 al 12 de septiembre se presentó la compañía chilena Teatro Cinema (ex-La Troppa), con la obra Sin sangre, una adaptación de la novela homónima de Alessandro Baricco, como antesala de Tecnoescena '08, encuentro de arte y tecnología, que organizó Alternativa Teatral para fines de octubre 2008.

El 9 de septiembre, parte del equipo de Teatro Cinema, Juan Carlos Zagal (director y actor de la compañía), Diego Fontecilla, Ernesto Anacona y Etienne Bobenrieth (actores de Sin sangre), Luis Alcaide (director de iluminación) y Cristian Mayorga (diseño integral), realizaron una amena charla en el Complejo Cultural Cine Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza y respondieron a las preguntas de un público en su mayoría integrado por estudiantes de teatro. Entre otras cuestiones, el eje estuvo puesto en el proceso creativo de Sin sangre, en las resonancias políticas de esta obra tanto en Chile como en el exterior y en las cuestiones técnicas del cine y del teatro, así como en ambos en su fusión y proyección. En esta nota, un extracto del encuentro.

Dictadura y resiliencia

Juan Carlos Zagal:-Cuando, en general, nos preguntan sobre nuestra visión de mundo y nuestra forma de teatro o interpretaciones de la historia, o de la realidad en la que estamos viviendo, decimos que todas ellas tienen en común que se expresan a través del presente. Hay un detalle del que quiero hablar y tiene que ver con las resonancias de Sin sangre. Existe una mujer en Chile que se ha dedicado a trabajar a favor de los derechos humanos: Mónica Echeverría, una escritora que sacó un libro, Krassnoff, arrastrado por su destino, sobre la vida de uno de los mayores represores de la dictadura en Chile: Miguel Krassnoff Martchenko. A este hombre la gente iba a rendirle pleitesía, a pesar de que está preso y acusado de una cantidad enorme de asesinatos y torturas. En el libro de Echeverría hay un relato de una mujer de la izquierda revolucionaria que sobrevivió a la tortura y cuenta que una vez, mientras se encontraba encerrada, uno de estos seres monstruosos y torturadores, se sentó al lado de ella y la cubrió con una frazada para resguardarla del frío. A pesar de ser un monstruo, pudo tener un gesto de amabilidad y cubrirla con una frazada. No era que con este relato ella hablara de perdonar a ese hombre, sino que ese gesto es el que le devolvió la fuerza. En ese gesto sintió que era posible salir de esa tortura. Yo creo que Sin sangre habla de esto. Es difícil de explicar porque no estamos hablando de reconciliación, ni de perdón, sino que hablamos de un hombre y una mujer que sobreviven frente a circunstancias extremas y terribles y que, a pesar de todo, van a intentar vivir. Nuestra protagonista descarta la venganza y la muerte, por la vida. ¿Qué significa el encuentro de ese hombre y esa mujer en un lugar imposible? No tenemos respuestas prefijadas.

Público:-¿Ustedes arriban a alguna respuesta? 

J.C.Z.:- Nosotros pensamos en la resiliencia. Pero esta es mi postura, porque en la compañía todos tenemos edades y vivencias diferentes frente a la dictadura. Mi familia fue dañada por la dictadura, yo sentí mucho pánico, temor y pavor. No puedo dejar la angustia hasta que no aparezcan todas las personas que están desaparecidas en mi país. Yo no me puedo olvidar de Víctor Jara por ejemplo. Me produce un dolor inmenso. Entonces, lo que hacemos con el teatro, en general, y con esta obra en particular es tomar conciencia como personas, pero en forma individual, porque lo colectivo lo hicieron trizas. Quedan nuestras ideas, pensamientos e imaginación a nivel individual e invitamos a la gente a reflexionar con esta obra. Creo que hay que hacer la resiliencia interna y personal. Recomponerse y volver a empezar. Ése es el mensaje que damos a nuestra sociedad: poner el énfasis en valores humanos, en ser personas un poco mejores. El ejército y la derecha chilena tienen un poder enorme todavía y no son como la derecha francesa, si se quiere. Son poderes reales que están latentes y constantes. En Chile está todo igual que hace unos años. Lo que tenemos ahora, es quizá más autopistas (que cobran muchísimo dinero para pasar), metro, autos más decentes, pero subyace la misma sensación que hace mucho tiempo atrás.

Diego Fontecilla:-En relación a mi generación, creo que crecimos con dos discursos ideológicos que se confrontaban y tal vez hay un punto interesante en la obra y que ver con que en un momento todos los discursos ideológicos se caen finalmente. Creo que ése es un punto importante, porque finalmente los discursos vienen a justificar lo injustificable. La historia está ahí. En todos los casos (países, guerras, etc.) hay matanzas, desigualdades, injusticias y las secuelas que vive el ser humano son igualmente monstruosas. Está la posibilidad humana de la compasión, (aunque esto no significa perdonar a los que lastimaron a mi familia), pero creo que la condición humana más frágil y pura tiene una alternativa distinta. Creo que en la obra, en la secuencia donde los hombres empiezan a confrontar y hablan de sus discursos, de su ideología que los sustenta, hay un instante donde se cae el discurso en uno y otro lado. Ahí es donde uno puede ver que finalmente estos seres humanos se han hecho bolsa sin un sentido muy claro. Y en relación a las nuevas generaciones, creo que van a sentir, al menos, una brisa de que las cosas pueden ser de otra manera.

Público:-Quiero saber qué público es el que los ve en Chile

J.C.Z:-Pasamos por los más diversos públicos de edad, de creencia, de estrato. Viene mucha gente joven, porque el discurso que tenemos humano, está vertido por la puesta en escena y ése es el encanto. Porque saben que en el escenario somos como niños y jugamos como niños. Nos ve gente joven, gente que le gusta el teatro y gente, también, que pueda pagar la entrada, porque nosotros necesitamos vivir de esto. Somos una compañía de doce personas y cobramos entradas altas, porque sino el sistema no nos permitiría sobrevivir. Por eso hacemos tantas giras. Este año hemos visitado Colombia, Bélgica, Italia, Taiwán, Corea, Ecuador. Vamos a Alemania, etc. Al ser la nuestra una compañía independiente necesita poder hacer giras para sobrevivir. Nos resulta más fácil ir a Alemania que cruzar a Córdoba, aunque parezca paradójico. La última vez que vinimos a Argentina fue con la obra Gemelos hace diez años. Porque mandar un barco nos sale más barato que mandar un micro.

Público:-Creo que hay una idea mistificadora de la violencia en la juventud actual, entonces me parece que Sin sangre es de una actualidad tremenda porque plantea el eje desde una mirada sobre este proceso más compasiva y más compleja.

J.C.Z.:-Creo que es un tema que no sólo nos toca a los chilenos, sino a todos los latinoamericanos. Nosotros tendremos nuestras aristas como sociedad, pero también en Argentina todavía hay gente que desaparece, como Julio López. Y aquí es donde yo hablo de esta realidad de derecha que subyace y de que todavía falta mucho debate y diálogo. También creo que no tenemos que olvidar que este bienestar económico y esta paz que hay ahora, se la debemos a todos esos jóvenes que dieron sus vidas, que fueron torturados, porque querían un país más justo. Por esto tomamos esta obra y queremos que la vea el mayor espectro posible de espectadores.

De Shakespeare al teatro cinema

Público:-¿Cuál fue la adaptación que hicieron de la novela de Alessandro Baricco?

J.C.Z.:-Baricco escribe cinematográficamente y recurre al relato de la acción. Automáticamente nos está situando en un espacio y lugar determinado. Baricco plantea la obra en dos partes. La primera es el momento de la matanza y la segunda el momento del café. La primera parte nos plantea un viaje vertiginoso, con mucha acción y la segunda nos plantea esto de conocer toda la verdad. Aquí recurre al relato, a la palabra. Entonces hay un quiebre entre la primera, que plantea algo más vinculado al comic, a esta segunda, que plantea un teatro de la palabra. Naturalmente llegamos a darnos cuenta de que el lenguaje que ya veníamos probando de teatro-cinema se ajustaba perfectamente a esta manera de contar de Baricco.
Nosotros nos propusimos hacer una trilogía de teatro cinema y lo que estamos haciendo es experimentar en este lenguaje. En la segunda obra que haremos, vamos a trabajar en la experimentación de una dramaturgia específica para este tipo de lenguaje. ¿Cómo encontrar ese punto intermedio entre una estructura cinematográfica y teatral? Eso es lo que queremos descubrir y experimentar. Sin sangre fue nuestra primera experimentación y aproximación a este lenguaje. Por eso es imperfecta. Queremos seguir profundizando en este sentido. Después de la trilogía queremos pasar del teatro cinema al teatro virtual.

Público:-¿Cómo es el dispositivo que inventaron?

J.C.Z.:-Lo que quería contar y esclarecer es que con cualquier obra de William Shakespeare se puede observar que en las cuatro primeras escenas ya plantea lugares muy diferentes. Primer escena: un dormitorio del Palacio; segunda escena: una calle; tercera escena: explanada...Este lenguaje que estamos experimentando es como lo que plantea Shakespeare en sus obras. ¿Cómo hacer para pasar de un lugar a otro en tan sólo dos escenas? Así nosotros pasamos de una calle a un auto y a una casa. Llegamos a este dispositivo porque queríamos contar este viaje vertiginoso y así creamos este teatro cinema. Fue una búsqueda y reflexión de muchos años.

Cristian Mayorga:-Se inventó una metodología de trabajo. Se trabaja con dos pantallas: en una se proyectan los fondos y en la otra pantalla, de adelante, todos los frentes. Es una caja con una corrediza. Esto te permite hacer cambios y que no se noten.

J.C.Z.:-Trabajamos mucho con las luces para dar los pies de entradas y salidas de personajes y elementos. Se trabaja con las convenciones, como se hizo siempre en el teatro, pero se actualizan. La creatividad está en buscar originalidad en esas cosas harto vistas. No buscamos el desplazamiento del actor real, sino el de la historia onírica, y acentuar la imaginación. Para nosotros es súper interesante explorar en cómo narrar una historia. ¿Desde cuántos puntos de vista podemos contar una historia? Queremos sorprender al espectador. No tenemos ninguna restricción para poder narrar una historia con este lenguaje en este momento, pero queremos encontrar la historia esencial para no caer en la forma por la forma. En eso está el peligro para nosotros. Queremos la belleza, la poesía y la técnica que esté al servicio de la imaginación.

Público:-Cuando dice que todavía no encontraron el guión que se adapte a esta dinámica, ¿quiere decir que todavía le ve muchas posibilidades y que están en una etapa experimental?

J.C.Z.:-Claro. Lo único que nosotros tenemos son preguntas. Fuimos muy tibios con esta obra, en relación a todo lo que queríamos hacer. Personalmente creo que pecamos de excesiva timidez. En cambio en la segunda vamos a hacer todo aquello que no nos atrevimos y todo aquello que hemos estando descubriendo ahora. Porque esencialmente el teatro, para nosotros, no es nada prefijado. Es libre y único y absolutamente diverso. No hay ninguna restricción. Las restricciones las ponemos nosotros. En la segunda obra vamos a indagar sin restricciones. La integración del actor con lo que filmamos se sintetiza con cambios de escena. Ahora vamos a construir la historia involucrando esos cambios, al actor con el objeto y con lo filmado y con el mundo onírico, todo el tiempo interactuando. La idea sería entrar en la cabeza de alguien y ver cómo piensa. Vamos a trabajar con el actor intervenido e interviniendo.

Público:-Cuándo se refiere a esto de no caer en la forma por la forma, ¿tiene que ver con estar muy pendientes de todo lo técnico? ¿Cómo llevan ese desafío de estar pendientes de la técnica y no perder lo actoral?

J. C.Z:-Si tomas cualquier texto de Shakespeare o una tragedia, el actor, lo primero que tiene que hacer es aprenderse la letra para poder interpretar el texto después. Para poder llegar a interpretar ese texto, sólo para poder decirlo, el actor tiene que desarrollar una técnica vocal para articular su aparato y poder pronunciarlo. Toda esa preparación es muy compleja. En la medida en que el actor va creciendo en su oficio, va teniendo una capacidad atencional superior. Entonces el actor está consciente de sí mismo. Además de decir un texto y de accionar, está concentrado en una especie de movimiento completo que lo involucra con todo el organismo viviente que es la obra. Cuando se logra la mayor concentración, todo fluye. Lo técnico también (la música, las luces, las proyecciones). El actor se tiene que ocupar de su técnica siempre.

Tecnoescena 08 se desarrolló del 30 de Octubre al 15 de Noviembre 2008. Todo el evento fué transmitido online y puede vivienciarse desde su sitio web en loop permanente e infinito: http://www.tecnoescena.com

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