Buenos Aires es la residencia de un mega festival de danza contemporánea: es el COCOA 10 Años, Festival de Danza Independiente, que tiene alcance metropolitano, nacional e internacional (cuenta con 52 obras locales, 12 internacionales, 20 seminarios, espacios teóricos de reflexión y de laboratorio, se desarrolla durante 2 meses en 14 sedes de la ciudad).
COCOA DATEI, sigla que significa Coreógrafos Contemporáneos Asociados y Afines - Danza Teatro Independiente, es una asociación sin fines de lucro que agrupa coreógrafos y bailarines de danza contemporánea independiente.
A pesar de ciertos problemas de organización interna durante algunos años (el de la danza es un medio menos proclive a la organización colectiva en pos de objetivos comunes que el de los colegas del ámbito teatral), hace un tiempo COCOA resurgió con más energía que nunca, tanto que logró el apoyo del primer Programa Iberescena; apoyo que se traduce en una suma de dinero interesante y en la probabilidad de ampliar las fronteras de la convocatoria a Iberoamérica.
Reunimos a tres de sus organizadoras: Gabriela Romero, presidenta de COCOA DATEI y encargada de la coordinación local del Festival, Carolina Herman, tesorera y coordinadora de la programación internacional y Valeria Pagola, encargada de la gráfica del evento. Las tres, además, tienen obras de su autoría programadas durante estos meses.  

En 1995, Diana Theocaridis y Margarita Bali se reunían con el, por entonces, secretario de Cultura de la Nación, Dr. Pacho O'Donnell, y llevaban una lista de peticiones del sector, mas, si bien salieron esperanzadas, finalmente esa carpeta quedó en veremos por varias razones, incluso porque Pacho renunció. Luego siguieron reuniéndose algunos coreógrafos, hasta que a comienzos de 1997, Bali y Susana Tambutti llegaron a entrevistarse con el que cumplía la función de subsecretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido, quien les sugirió que conformaran un organismo para que el pedido tuviera mayor representatividad. Así Roxana Grinstein y la misma Bali, convocaron a un grupo de coreógrafos para redactar el proyecto de ley que elevarían al gobierno urbano. De esa manera y para esa tarea nació COCOA. En esa época, Gabriela Romero estaba recién egresada del taller trienal del Teatro General San Martín y dirigía un grupo que se llamaba La Horda Primitiva, junto con otros colegas compañeros. Desde ese lugar de principiante asistió a varias reuniones en Liberarte, en ese primer llamado abierto. Posteriormente viajó a Europa, por lo que luego no estuvo tan presente en la asociación. Valeria Pagola, en cambio, ni siquiera se enteró: "En esa época estaba cursando el 3er año del Taller del Teatro San Martín y paralelamente el conservatorio de canto", relata. Algo similar le ocurrió a Herman, que es oriunda de Santa Fe: "Estaba intentando hacer pie en Buenos Aires y había empezado a estudiar danza de grande, poco después de terminar el secundario. No tenía ni idea de cómo se estaba armando COCOA". 

- Una vez promulgada la ley (2001), logro de la asociación, son nombradas en los cargos directivos dos personas aparentemente menos vinculadas con la movida anterior: ¿Saben por qué sucedió, qué se hizo para que se produjera esa especie de desaire? ¿O la directiva de la asociación no quería ocupar esos puestos? 

Gabriela Romero:-En un primer momento le ofrecieron el puesto de directora de PRODANZA a Margarita Bali, que era quien había trabajado muy apasionadamente intentando entender el juego macabro de la política para que saliera la ley. Pero ese ofrecimiento quedó en el aire por circunstancias muy dudosas. Por acomodo o por lo que fuere le faltaron el respeto a Margarita y a la danza, en su nombre. Personalmente creo que se perdió mucho tiempo de crecimiento con directivos que no representaron a la danza independiente y no estuvieron cerca de las problemáticas del artista independiente (razones por las cuales COCOA se había creado y por las que era mejor para ese cargo Margarita Bali, directora de Nucleodanza). 

- Asimismo, hubo otros logros por los que luchó la asociación, que parecieran haberse abandonado, como son la coparticipación en producciones de danza con el Teatro San Martín (1998), la integración a la Ley Nacional de Teatro, por esa misma época, que dio nacimiento el Instituto Nacional de Teatro, que da subsidios, además de a todas las expresiones teatrales, también a la danza contemporánea, que lleva para él la nomenclatura de "teatro-danza". Ésta fue otra conquista de COCOA en aquella participación en las reuniones de los miembros del, por entonces, MATE, Movimiento de Apoyo al Teatro, que incluso favoreció a COCOA con un Festival Nacional propio. Además estuvieron las funciones conjuntas para la selección del Festival de Bagnolet (enero 1998) y la compra del tapete y el proyector rentables por los asociados, así como también algunas tareas inconclusas que hubieran redundado en mejoras para el sector a mediano y largo plazo: el censo, el tema de la agremiación, la sala exclusiva para la danza ETC (luego Bianco) en el Centro Cultural San Martín. ¿Por qué creen que le es tan difícil a los artistas de la danza ocuparse de temas que les competen como comunidad? Los mismos protagonistas de los inicios se encargaron de aclarar que la gestión no era motivación de los primeros coreógrafos reunidos, y que los movía sobre todo la falta de dinero para llevar a cabo las producciones que deseaban. Pero, si bien es un mérito reconocer los propios límites y es respetable que la elección personal, individual, prime por sobre los intereses de grupo, esta actitud los ha dejado afuera de la coyuntura general del medio artístico escénico, ¿no creen? Lo comparo con los logros del medio teatral, por ejemplo. 

G.R:-En principio, cuando nace PRODANZA, es muy poca la gente que sabe todo lo que se trabajó para la ley, la Fiesta Nacional de la Danza, etc, etc. Y frente a la primera victoria, muchísimos no pudieron ver nada más allá. Cuando asume Ana Kamien la presidencia de COCOA, se produce una especie de parate de la asociación, como si ésta no tuviera razón de existir. Fue muy difícil revertir ese pensamiento y creo que es entonces cuando se pierden lugares dentro del medio artístico como campo de acción y reivindicación. Considero que, en general, hay una gran inseguridad personal de los creadores que los hace no participar. Éstos piensan que si se opina sobre la política y la gestión de un gobierno, quizás no se reciba algo de esa gestión. En síntesis: el miedo y el hecho de no ser parte de una especie de elite -se refiere a los artistas locales favorecidos, con éxito en las marquesinas o a los elegidos para viajar a los festivales internacionales-, hizo que la mayor parte de los artistas emergentes no pudiera hablar y ser libre de pensamiento, hizo que no participara y que tuviera temor de juntarse y defender sus derechos. 

Carolina Herman:-Ocuparse de la gestión y de los intereses comunitarios es difícil siempre. No es la primera vez que trabajo por intereses colectivos y siempre resultó arduo. En todo grupo que trabaja hay gente que lleva las iniciativas, gente que se sienta en los laureles, gente que busca su provecho, que se cansa, que abandona y gente que sigue adelante. No es cuestión de la danza, es cuestión humana. Ninguna gestión consigue llevar a cabo todos sus objetivos y el tema es ver de qué modo esos objetivos son retomados o reelaborados por las gestiones siguientes. 

Valeria Pagola (acota optimista):-Creo que a los individuos nos cuesta mucho entender que la unión hace a la fuerza, pero considero que en los últimos años hay cada vez más gente del medio asistiendo a reuniones sobre temas que nos agrupan y nos convocan. 

- Luego de la aparición del Instituto PRODANZA en la Ciudad, en el 2001, ¿cuánto participó en el Instituto la asociación y cuánto lo hace ahora? ¿Realizó otras actividades por su cuenta? 

G.R.:-COCOA realizó una gran cantidad de ciclos desde 2001, principalmente para jóvenes creadores, dando espacio justamente a quienes no se les dio nada en años anteriores. También se realizaron seminarios e intercambio con estudiantes del interior del país. Fue una época de muchos replanteos de la asociación. Al no tener una meta tan clara como la política de subsidios y con un festival regular, que debía ser organizado por el Gobierno, algunos coreógrafos "importantes" se alejaron de la asociación. De todas maneras, quienes mantuvimos la fe y la certeza de que los grandes logros son en conjunto, trabajamos muchísimo para seguir creciendo, como asesores de PRODANZA, reflexionando y analizando las necesidades del sector (da muestra de ello el libro Puentes y Atajos). Cuando la comunidad de la danza contemporánea vio en peligro la realización del Festival de la Ciudad, fue a COCOA a la que consultó y de la que esperó que organizara la protesta. COCOA asumió esa responsabilidad. 

(Pagola y Herman se acercaron por la convocatoria de la asociación en 2006, a raíz de la suspensión del Festival de Danza de la Ciudad y luego se quedaron a trabajar, participando en el Circuito off que se organizó como protesta). 

V.P.:-Tuvimos excelente repercusión en los medios gráficos, y gracias a eso desde el gobierno surgió como respuesta la organización del festival adeudado en febrero de 2007. 

- Hablemos sobre la actualidad de COCOA: ¿cómo se elige a sus directivos, qué hay que hacer para ser miembro? ¿Cuáles son los futuros planes? 

G:R. (actual presidenta):- COCOA funciona igual que en sus comienzos, con un estatuto base de las asociaciones civiles de la ciudad de Buenos Aires. Las autoridades son elegidas por sus socios cada dos años, pueden ser parte de la comisión directiva socios de más de dos años de antigüedad en la asociación. Los socios sólo deben pagar una cuota mensual. La comisión directiva se reúne generalmente una vez por semana, dependiendo del proyecto que se esté realizando. Las grandes decisiones, mayormente, se resuelven en asambleas generales y se invita a todos los socios, quienes tienen voz y voto. En este momento estamos con muchísimo trabajo por el Festival COCOA 10 años. Entre nuestros proyectos futuros se encuentran el de llevar la danza a las escuelas, realizar un documental de la danza de la ciudad, y mantener el formato del Festival para el próximo año. Por supuesto, todo será decidido en comisión y luego en Asamblea General. 

- Hoy han sido capaces de dar vida a un super evento, comparado a las posibilidades de gestión reales que tienen como agrupación, en relación a los anteriores ciclos y al alcance que suelen tener los festivales de la ciudad. ¿Cuáles han sido los criterios, los objetivos, los deseos? ¿Y las proyecciones? 

C.H:- La idea de un festival de estas características, autogestionado, de convocatoria abierta, independiente, es para mí una propuesta bastante diferente a las habituales. Confronta con la idea de podio. No se trata de una pugna por un espacio, se trata de crear el espacio, de construir con otros. Se trata, también, de proporcionar un gesto, un acto, una experiencia que nos haga palpable la idea de factibilidad del trabajo asociativo. Es poner a rodar otro deseo, más allá del "exitismo". Pero imagino que de toda esta agitación es mínimo lo que, al decantar, realmente se sentirá como logro. De todas maneras, creo que ya es una buena experiencia el hecho de intentarlo, y un acto interesante el de ponerse a plantear los problemas y arriesgar soluciones. 

G.R.(se remite al origen):- En una reunión abierta en julio del año pasado, surgió la idea de realizar un festival sin curadores, con el objetivo de integrar a nuestra comunidad creativa, conocernos entre nosotros y realizar un festival independiente que funcionara con autogestión. COCOA propuso aunar las prensa y la folletería a través de un subsidio de PRODANZA, obtenido por la asociación. Sabemos que es una apuesta fuerte para presentarnos ante la nueva gestión de gobierno y pedir la triplicación del presupuesto de su instituto de apoyo y la realización del festival estable, cuando éste corre peligro de desaparecer. 

- Sin embargo no veo mucha participación de las provincias en el Festival. 

G..R.:-Con respecto a los actores del interior, solicitamos un subsidio para su participación al Instituto Nacional de Teatro y el subsidio fue denegado. Por tal motivo tenemos la ausencia de participantes de esas regiones. Los nodos que participan en el Programa Iberescena son los que, por fechas y por similitud de gestión con nuestra asociación, se mostraron interesados. Entre todos realizaremos una colaboración mutua. Muchos otros nodos fueron consultados y por diversas razones no pudimos concretar en esta ocasión los intercambios. 

C:H:-Como bien sabés, la organización es un asunto realmente complejo y se realizó con quienes era posible (con tan poco tiempo y con recursos limitados) trabajar seriamente, confiando en los criterios y la solidaridad de cada parte. De todos modos, éste es un punto de partida para futuras gestiones en común con grupos de otras ciudades y la idea es que esta red crezca. 

-¿Cómo perciben la inserción de la danza en el acontecer artístico de la ciudad, sus logros y sus falencias? 

G:R.:-Creo que la danza está apenas inserta en la agenda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y esperamos que las nuevas directoras de PRODANZA (Silvia Pritz y Valeria Kovadloff), que cuentan con nuestro apoyo, puedan revertir esta situación. Más allá de esta instancia, esperamos que el ministro nombre finalmente una Dirección de Danza, con presupuesto asignado. En el área independiente, creo que la danza está ganando el espacio que se merece. Muchas veces voy a ver obras de teatro experimental o de las últimas tendencias y lo que termino viendo es una obra de danza. No me interesa catalogar si es una u otra cosa, pero tenemos que ser conscientes de que se utilizan para las creaciones escénicas, muchísimos recursos técnicos de la danza. 

C.H. (no es tan optimista):-La inserción sigue siendo difícil por varios motivos: por un lado, lo que tiene que ver con lo económico, con la falta de una política sostenida en el ámbito de la cultura (orientada a la danza, quiero decir) y por otro, con la falta de programas interesantes de educación (formal y no formal). Además, si se trata de experimentación, el espectador tiene que estar dispuesto a moverse de su casa, costear una entrada y todo esto sin tener garantizado que va a ver lo que espera ver, es decir a no estar seguro de haber medido la obra con un esquema habitual de entendimiento. Lo experimental va a contracorriente de lo que es el consumo de entretenimientos. Es peor, creo, cuando la difusión parece responder a un criterio más cercano a lo políticamente correcto o a la necesidad de dar una mano de "barniz cultural". Así se deja la danza en un sitio insípido y muerto.

También entre los propios profesionales, una vez que se instalan ciertas fórmulas, cuesta dar lugar a otros lenguajes. Pero no creo que esta cuestión sea sólo inherente a la danza. Está más emparentada con la cuestión de cómo se produce conocimiento actualmente. En el campo teórico, hay investigadores que están emergiendo y de a poco su material se va poniendo en circulación. Por ahora, el fomento para este tipo de actividad sigue siendo muy reducido.

Desde un punto de vista artístico, creo que hay un gran salto en la cantidad de bailarines y artistas de gran nivel y se mejoró mucho la calidad en las producciones, aunque ahora veo un cierto estancamiento. Por supuesto, falta también la posibilidad de contar con apoyos sostenidos. Si empezás a investigar en una línea y luego de ganarte un subsidio querés seguir profundizando por ese camino, la cuestión se complica. En este momento, el sustento de un colectivo de artistas o investigadores se logra sólo por la fuerza que ponen los propios artistas. Entonces, el factor tiempo, necesario para un crecimiento de cualquier tipo, se ve afectado. Seguimos teniendo ese sentimiento de que construimos para luego ser demolidos o desmoronados, por la falta de continuidad. Yo me pregunto cómo vamos a hacer para que todo lo que venimos haciendo no quede en la nada. 

(Finalmente, la charla deriva en la actualidad social y económica).

-¿Cómo repercuten en sus producciones estos hechos: el aumento desmesurado del costo de la vida, al mismo tiempo, la cantidad inusitada de producciones chicas, medianas, grandes, a nivel independiente y a nivel comercial (incluyo producciones como las presentadas por los ex integrantes de El Descueve por ejemplo), o la existencia de un gobierno de centro derecha en la ciudad, que ha cerrado o eclipsado muchos centros culturales, incluso ha extirpado programas culturales barriales que tenían una función social importante, sumándole al sector el vacío total de políticas para la danza a nivel nación, lo cual provoca, por ejemplo, que la Secretaría y la Dirección de Música y Danza (recordemos que ni siquiera tiene independencia) siga pensando en la danza clásica o, como mucho, folklórica muy por sobre la danza experimental, contemporánea, teatral, etc.?

V.P.:- Es maravilloso que con la problemática actual haya tanta producción artística. Lo lamentable es que no haya espacios teatrales suficientes para albergar semejante producción, por lo que se hace difícil siempre encontrar lugar para mostrar la obra por la cual, incluso, obtuviste un subsidio. Es raro tener el subsidio, la producción montada y no el espacio para mostrar o reponer tu obra. Es angustioso, a veces, pensar en tanto trabajo en el montaje de la obra, para llegar a realizar sólo una pequeña temporada en cartel. A mi criterio falta una política de circulación de las obras subsidiadas por el propio Gobierno de la Ciudad. Sería bueno que no sólo apoyaran la producción de las obras mediante subsidios, sino que también se acogieran esas obras dentro del programa cultural de la cuidad, en sus teatros, centros culturales, escuelas, etc. 

G.R.:-¡Es una pregunta muy gorda! El costo de vida, las producciones comerciales.... ¡Es un mogollón de cosas! Se puede hacer una ciudad en donde quepamos todos, en la medida en que se tome conciencia, se trabaje y nos solidaricemos entre nosotros. Es una vergüenza que coreógrafos y bailarines trabajemos gratis, como si fuera la única manera, pero también es una vergüenza que exista gente sin vivienda y que no sepa leer. La manera de empezar a revertir esa situación es pensando, civilizándonos y agrupándonos para hacer valer nuestros derechos.
Creo que, como artistas y ciudadanos nos vemos atravesados por la realidad cotidiana. A veces me pregunto cuál es el proyecto nacional para la danza, para la cultura, y me termino preguntando cuál es el proyecto de país. Creo en la organización y en la planificación, en el trabajo en conjunto con resultados y mejoras para todos. Nos falta cultura del respeto, del trabajo y del compromiso. Nuestros representantes gubernamentales tienen la obligación de apoyar y difundir la cultura. Ése es su trabajo. Empezando por ahí y, en colaboración con las asociaciones y ONG, se puede construir mucho.
Con respecto a la cantidad de producciones, me pone muy contenta, más allá de tener que compartir el público. ¡En buena hora!, ¡que venga y se cree más público! Pienso que todo ciudadano tiene la libertad de pensar y expresarse artísticamente como desea. Los colegas, maestros, público y crítica serán algunos de los que declararán el éxito o no de esa producción y también su continuidad. 

C.H. (sigue con el tema y amplía la discusión):-Hay gastos de producción que directamente son imposibles y obligan a acotar las obras en número de intérpretes, inversión en las puestas, la cantidad de ensayos, etc. La cantidad de producciones creo que puede leerse de varias maneras: por un lado es claro que si hay una gran cantidad de obras, habrá que enfrentar la problemática de la falta de salas o la dificultad para atraer público. Por otra parte, el aumento de actividad va generando también nuevo público y hace que la cosa no se agote en unos pocos, permitiendo una cierta rotación entre la gente que baila, que da clases, que se interesa de alguna manera en la danza. Incluso, a la hora de manifestar la necesidad de plantear la necesidad de mayores presupuestos, de cambios en la legislación acerca de la danza, la existencia de un gran número de profesionales, es un elemento a favor. También a la hora de asociarse, la posibilidad de encontrar alternativas entre diversas asociaciones o colectivos sólo es posible con más gente en actividad. Pero claro: cantidad no implica profundidad ni seriedad. Puede, también, tratarse de consumo o moda y de producción vacía. Se tiene que hacer mucho para que las cosas interesantes aparezcan, pero esta cantidad debe ir acompañada de la construcción de criterios, de apoyos teóricos, de diálogos entre la danza y otras disciplinas. Algo de todo esto ya se va trabajando en diversos ámbitos y pese a que actualmente resuena poco, merece ser reconocido.
Ahora bien, en el tema de la danza y el Gobierno de la Ciudad, puntualmente, hay algunos cambios que pueden interpretarse como una cierta mejoría. Por un lado, las actuales autoridades de PRODANZA han sido sugeridas por un grupo amplio de profesionales del medio (sobre todo de la misma asociación) y se espera de ellas un tipo de gestión más activa que las anteriores. Por otra parte, se supone que habría modificaciones a la aplicación de la ley que prevé el apoyo a la danza independiente en un futuro bastante cercano. Habrá que darle un tiempo y ver cuánto de lo conversado entre los artistas independientes y el ministro Hernán Lombardi se concreta. Entre las cosas pendientes están la disponibilidad de un espacio propio para la danza y el tema de la ley de mecenazgo, que va a ser una discusión compleja.
Obviamente, estoy en desacuerdo y deploro lo que pasó con los talleres y centros de cultura barrial, pero también tengo que señalar que mi experiencia personal con gestiones anteriores, tampoco fue buena.
Cuando planteás que la inacción del gobierno nacional permite que se siga pensando la danza clásica o el folklore por encima de la danza experimental, ponés el acento en una situación de competencia que, si bien existe, no me parece que sea el motivo fundamental. Acá otra vez creo que el problema no es tanto el espacio que tienen la danza clásica o el folklore, sino la falta de espacio para la danza contemporánea. Salvo unos pocos nombres de bailarines famosos, dudo mucho que las cosas sean fáciles para los artistas de la danza clásica, oficial o independiente. Entonces, la cuestión no es lo que ellos tienen, sino lo que nos falta. Por otra parte, hasta ahora toda la gestión de COCOA para este Festival está siendo bastante ignorada por Gobierno nacional, pese que la red abarca cuatro provincias. Veremos si esto continúa así o en algún momento el Gobierno reacciona.

Más información: www.cocoadatei.com.ar