Aprovechando el evento Encuentro de Danza y Performance, entrevistamos a cinco participantes de distinta procedencia latinoamericana, para comparar respuestas a preguntas básicas sobre el quehacer de los artistas que experimentan con y a través del cuerpo: Alejandra Ceriani, artista visual y bailarina platense, académica de la Universidad de La Plata, quién últimamente trabaja en perfomance interactiva con uso de software de captación en tiempo real; Bárbara Ferrario, fundadora en Uruguay de la Compañía Mu-Danza desde 1995, que ha tenido una destacada participación en Montevideo, siendo ese uno de los pocos grupos que realiza anualmente ciclos en los más importantes teatros y eventos en espacios alternativos; Carolina Cortés Z., procedente de la ciudad del Carmen Campeche, México, que trabaja con la reinterpretación de mitos, de acuerdo a las fusiones del arte experimental del mundo escénico de hoy y a los valores que dan identidad (se puede visitar su blog); Sergio Valenzuela Valdés, escenógrafo, dramaturgo y bailarín chileno de importante trascendencia en su medio (puede visitarse su blog) y Patricio Kind, (único de los cinco no vinculado a la danza), licenciado en Artes, con mención en Artes Plásticas, especialidad Pintura, de la Universidad de Chile.

Partimos queriendo saber por qué la danza en sus vidas, por qué la danza en su país, por qué la danza en el mundo. Frente a este nivel de metafísica en el cuestionario, Ceriani y Ferrario optaron por exclamar que la vida y la danza para ellas estaban unidas indisolublemente. Mientras para Bárbara resulta inexplicable la existencia de tal arte en Uruguay con la falta total de apoyo incluso de la ciudadanía, para Carolina Cortés en México sucede lo contrario pues "en mi país -cuenta- el movimiento en forma de baile y danza está presente por todas partes y en todas las clases sociales, podría decir que no es sólo algo de mi país, es una necesidad del ser humano, pero ya no nos sirve para equilibrar el cosmos, o ¿sí?  Me refiero a danzar, bailar para que llueva, etc. Ahora nos sirve cualquier manifestación escénica, performance o teatro, danza o música, para arriesgarnos a decir aquello que necesitamos decir".

Sergio Valenzuela intenta explicar desde su visión y su elección: "La danza contemporánea aborda lugares tan abstractos que parecen construir otras realidades, y dentro de las artes escénicas, esas otras realidades, ficciones o creaciones aparecen desde un lugar común: el cuerpo o su imagen en movimiento. Esa posible escritura en el espacio es la que me interesa en estos momentos. Desde este lugar, la geografía corporal, en oposición o acuerdo a la del espacio, logra comunicar ciertas ideas que a mí me parecen mucho mas concretas".

Quisimos ahondar en el carácter performático, exploratorio, de sus búsquedas profesionales. Kind, quien se dedica particularmente a realizar performances en diversos marcos, explica: "Uno no elige el formato. Es como pedir prestado y quedarse un buen rato con eso. En mi caso también hago instalaciones, arte sonoro y videos, muchas veces mezclo estas cosas y siempre predomina la performance, pero se crea otro lenguaje, un híbrido, que me parece pertinente con el mundo actual". Para su coterráneo: "Hacer performance es parte de la búsqueda escénica y es uno más de los soportes en el que puedo contar o exponer lo que me place. De acuerdo a lo que quiero hacer, resuelvo cuál es el formato donde se inscribe. Es por esto que algunos trabajos mas personales o búsquedas más específicas prefiero realizarlas conmigo como único partícipe y en ese momento escojo esta disciplina que se acomoda a esos límites, más cercano a reflexiones personales, proyectadas a una que pueda hacer común.  Porque creo que la performance interviene la realidad a partir de una idea, pero sin el sujeto que mira sería difícil nombrarla como tal. Finalmente creo que la performance es un arte en constante saboteo personal, en deconstrucción o en proceso de fortalecimiento. No sé muy bien cuál sería el punto medio, no sé si es una disciplina en extinción o en reaparición, pero está ahí para ingresar y poder contar desde ese lugar particular". Recordemos que la performance es la disciplina -aunque muchos no toleran que se la encasille de alguna manera- que tiene como característica fundamental el protagonismo absoluto del propio artista, exhibiendo su propia opinión sobre un asunto.

Entonces quisimos saber cómo trabajan sus piezas, sus performances o sus obras, con qué disparadores, con qué relaciones.

Alejandra reflexiona: "Yo me nutro de la imagen y del sonido. Los resultados son combinatorias que sólo la experimentación exhaustiva podría haber generado. Luego las engrosan otros elementos que no fueron puestos tan concienzudamente desde la gestación. Gana la propia presión de la realidad. Siempre hay horarios, o siempre hay que pensar desde dónde ve y escucha la gente, siempre hay que pensar en la luz, en la ropa,  y más... la diferencia con una performance podría ser trabajar en un espacio no convencional para la escena, pero realmente tal cual: no escénico".

Carolina aporta al respecto: "Generalmente está presente una especie de necesidad de lo ritual, de integrar todo en el ser, la voz a través del canto, la actuación y el movimiento, buscando espacios no convencionales y transformándolos, buscando la participación del público a través de la cercanía con el intérprete", y agrega sobre su bagaje: "Los temas generalmente giran en torno a la discriminación y reinvocación de los pueblos indígenas. Ellos me alimentan como mestiza, es una necesidad, para mí, la búsqueda de los antepasados. Pero por ejemplo la obra presentada en el encuentro, In Vitros, surge desde una idea tecnológica de multimedia para la escena y habla de la aceptación o no de uno mismo".

Para Bárbara, todo es más simple: "En mis obras de danza incorporo elementos cotidianos, mucha investigación, filmamos los ensayos para sacar material... Incorporo ideas de libros, de películas que vi, de pinturas... en fin, según la idea original".

Desde Chile Sergio cuenta el proceso de su trabajo: "Parto de mi dramaturgia o ejercicios de escritura. Todos mis trabajos aparecen desde ahí. A través de la elaboración de metodologías especiales para cada caso. Elaboro hipótesis que experimento en procesos creativos, apoyado por la lectura de algunos filósofos. Luego todos desembocan en diferentes resultados. Para El intérprete (que presenté en el Encuentro) tomé parte de un ensayo sobre la interpretación. El texto es el lugar de génesis, la proyección de esas ideas son resueltas a través de otros elementos que adquieren sentido dentro del contexto donde enmarco el trabajo y siendo fiel a los conceptos utilizados". Otro tanto hace Patricio: "Generalmente trabajo con elementos multimediáticos, también aparecen objetos. Muchas veces lo que queda de la performance se transforma en una instalación. Creo que los resultados son para uno. Si a la gente le gusto o no me da lo mismo. Yo hago mi trabajo, lo que me interesa. Nunca pienso en el público, si le gustará o no... A decir verdad tampoco pienso en resultados. Mi obra se diferencia de una escena más tradicional por su modus operandi. Muchas veces es irónica, lúdica, otras veces toco temas profundos, como por ejemplo el calentamiento global".

También preguntamos sobre el lugar del cuerpo del artista y del receptor. El cuerpo biológico, el cuerpo cultural ¿han cambiado durante estos años?

Ceriani confiesa: "A mí me interesa trabajar un cuerpo conectado con su sensorialidad básica: ver, sentir, escuchar, etc.; acciones sensoriales básicas con intelectualizaciones más complejas, según la exigencia de la perfo. Me interesa la diferencia entre el cuerpo biológico, fisiológico -diría- y el cultural. Es una intelectualización bastante reciente, que se relaciona con la pregunta sobre a dónde se quiere llegar con la obra, a nivel movimiento, puesta, estética, etc. Qué es lo que se busca, lo que sea, pero propio: de uno, devenido del propio trabajo y del pensamiento que genera con el cuerpo".

La pregunta genera reflexiones encontradas: "El cuerpo biológico y el cuerpo de la danza ambos se transforman, el cerebro es a veces el que te traiciona en esa transformación. Tardé mucho tiempo en darme cuenta de que sólo se necesita una presencia y que eso es todo. No se necesita más para atrapar el instante y el de los demás. Eso es la presencia. Sin embargo, el entrenamiento del cuerpo es algo importante, es útil  para poder expresar lo que se quiere y que el receptor lo contemple o sienta o huela, o perciba; la necesidad de entrenarse como artista creador para domar el inconsciente es lo que me llevó a las técnicas,  de danza, de teatro, etc", declara Cortés.

Valenzuela dice al respecto: "Creo que el cuerpo actual es un lugar inestable, una imagen de una imagen. Finalmente el cuerpo ajeno es más comprensible que el propio, dentro del ser social. Para mí, la comprensión de mi propio cuerpo fue parte de mi formación. Ahora mi cuerpo necesita explorarse en diferentes soportes (visuales, de escritura, de discurso), para poder, finalmente, sumarlo y entenderlo como un todo. Creo importante el entrenamiento del cuerpo a través de todas las técnicas que a alguien le interese tomar. Ahora el cuerpo, o su borroneado recuerdo, ya es parte de la cultura, ya que el arte y la cultura son parte de la sociedad, mas el cuerpo como unidad primaria o anterior, es el que se perdió y es el que está detrás del arte y reaparece o se reinventa constantemente a través del arte". Kind objeta: "El cuerpo del performer es el mismo cuerpo que en la pintura, escultura, etc. sólo que en la performance es más literal, más visible. Como dijo Marcel Duchamp, el espectador hace la obra. El siglo XX lo desacraliza todo, rompe, por así decirlo, con los códigos del cuerpo y crea el cuerpo doloroso, la carne viva (body art), el cuerpo mutante, el cuerpo incierto, no biológico sino biónico, inestable, modificable o monstruoso. Podemos decir con Paul Válery que existe dentro de su categoría el cuarto cuerpo, el metacuerpo, como una abstracción y codificación de sí mismo, un cuerpo operador-objeto. Ese es mi cuerpo, mi cuerpo como software".

En cambio la artista uruguaya es categórica: Creo que sí noto una gran diferencia en el movimiento del cuerpo (tanto cultural como físico) que veía en los '80 a lo que veo actualmente. Pero sin embargo, más allá de la tecnología incorporada, pocas cosas me han sorprendido. Siento que como espectadora, pocas cosas de danza me conmueven, ya sean performances u obras tradicionales".

Videos grabados durante la transmisión online del Encuentro de Danza y Performance 08


El intérprete


Speak


In vitro.