Caballo en un incendio

Tres seres esperan ser llamados. Se escucha una y otra vez la voz de una asistente reclamando su atención. Uno de ellos –el que lee- se irá transformando en víctima de una maquinaria asfixiante construida por los otros tres, en un escenario que irá virando hasta estallar.

Dice Ita Scaramuzza, la Directora: “En Caballo en un incendio tres personajes esperan ser llamados. El Lector está inmerso en un estado de vigilia que le impide distinguir lo que sucede de lo que imagina. Los Gemelos, que cuentan con más experiencia en esta situación, indiferenciados entre sí, se aplican a desmenuzar al Lector. Se escucha la voz de una Asistente reclamando su atención una y otra vez. ¿Cómo poner fuera de juego a un caballo de carrera lleno de premios? Si esa fuera la historia, la obra responde creando un ambiente enrarecido donde el relato de la novela que cuenta el Lector se confunde con sus propias percepciones. Esa operación compleja que realiza toda persona para salir de una pesadilla fue el eje que guió la puesta en escena, poniendo a prueba cada imagen en distintos encuadres, haciendo foco en cada detalle, insistiendo en cada acción hasta que no se resista, fueron algunos de los modos de enfrentar el trabajo actoral, para construir este engranaje social que asfixia cualquier intento de solidaridad en la diferencia.”

Dice Alfredo Rosenbaum, el Autor: “Ahora, varios años después de la gestación literaria de Caballo en un incendio, yo podría decir muchas cosas sobre el texto. Pero estaría produciendo una distorsión, ya que no lo haría en calidad de autor, sino como un lector de mi propio texto, ya terminado. Como autor, puedo decir que no domino el sentido de mi obra al escribir, que no quiero dominar el sentido de mi obra al escribir. Y hasta pienso que al escribir, el sentido ni niquiera esta en juego: el texto surge generalmente a partir de imágenes concretas, lingüísticas a veces y teatrales otras, y se van tejiendo, devienen en una concreción textual que en determinado momento se decide (así, casi a si misma) como obra. Entonces, si soy sincero con mi memoria y mi ideología como autor, Caballo es esto: unas piernas colgadas en un árbol, tres hombres o tres máquinas o una sola, una lengua muerta, largos hospitales, una deuda. Y ninguna verdad, ninguna, solamente preguntas, y algo que escribió Susan Sontag hace ya cuarenta años: ‘En lugar de una hermenéutica, necesitamos una erótica del arte’”.

Festival Internacional de Teatro Ciudad del Cármen, México - 2007

Festival Iberoamericano de Teatro de Ovalle, Chile - 2008

Festival Penitenciario de La Serena, Chile - 2008

Festival Internacional de Teatro de Barranquilla, Colombia - 2010

Festival Internacional de Teatro "Otoño Azul", Buenos Aires - 2010

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